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Carolina Lasso - Autora de Plenitud




Cuando estaba en el colegio decidí irme a vivir a Estados Unidos, inicialmente por seis meses para mejorar mi inglés, pero ya llevo viviendo en Norteamérica desde 1998. Después de una etapa difícil como una joven inmigrante, logré obtener becas para ir a la universidad, hacer un MBA y luego comencé a trabajar en el área de marketing. Trabajé con dedicación para escalar en el mundo corporativo en empresas como American Express, Telemundo y Google. Sin embargo llegó un momento en mi vida en el que noté que algo me faltaba. Sentí un vacío y un episodio de ansiedad que me motivó a buscar más en mi interior y a descubrir cuál era mi mayor propósito.


El autoconocimiento es un proceso muy lindo, enriquecedor. Es el primer paso para darnos cuenta de lo que nos llena y hacia dónde dirigirnos. Tómate el tiempo para conocerte.




Decidí embarcarme en un viaje a solas por cuatro continentes. Viví en un monasterio en India, estudié arte en Italia, visité Singapur, Kenia, Tanzania y mi adorada Colombia. Estudié con maestros maravillosos, leí todos los libros que llegaron a mis manos, tomé varios cursos y talleres sobre crecimiento personal y espiritualidad. A través de todas estas experiencias descubrí mi propósito y la manera en la que quería contribuir en el mundo. Así que renuncié a mi trabajo en Google para trabajar en el área de mindfulness (atención plena) y crecimiento personal en una organización sin ánimo de lucro llamada Search Inside Yourself Leadership Institute.


Este sabático alrededor del mundo me permitió tener el espacio de introspección y conexión que necesitaba para conocerme mejor y encontrar mi propósito. Sin embargo, creo firmemente que no necesitamos de una experiencia tan extrema para el autoconocimiento. La forma más sencilla y directa de conocer nuestro camino es usando nuestro entusiasmo como brújula.


El autoconocimiento es un proceso muy lindo, enriquecedor. Es el primer paso para darnos cuenta de lo que nos llena y hacia dónde dirigirnos. Tómate el tiempo para conocerte.


Algunas preguntas que podríamos explorar para descubrir lo que nos entusiasma incluyen:

¿Cuál es mi pasatiempo favorito?
¿Cuál es esa actividad en la que puedo perderme por horas y horas sin notar el paso del tiempo, completamente embelesad@ y llen@ de entusiasmo? 
¿Qué me llena de entusiasmo y curiosidad? 
Si veo los libros que prefiero leer o los temas sobre los que investigo en internet, ¿puedo notar algún tema en particular?
 ¿Qué me llena de curiosidad?
¿Qué legado quisiera dejar?

Desde mi adolescencia me han parecido fascinantes los temas de crecimiento personal y espiritual. Me entusiasmaba muchísimo encontrar nuevos libros o asistir a algún taller o conferencia al respecto.


Me habría gustado tener a alguien que me dijera:

“Utiliza tu alegría o tu entusiasmo como brújula”. Observa cuáles temas te llenan de curiosidad profunda (y cuáles no).

Haz más y más de lo que te hace brillar los ojos de alegría y satisfacción. Escucha los llamados de tu interior. Escoge el camino que te llena de entusiasmo y en el cual podrías pasar largas horas sin darte cuenta. Esa ruta te guiará, poco a poco, hacia tu propósito.



¿Por qué el entusiasmo? Nuestro ser interior se expresa a través del gozo o entusiasmo y quiere que alcancemos nuestro propósito en esta experiencia humana. Así que cuando nos acercamos a nuestro propósito, nos sentimos alegres y con sentido de realización. Esa es una gran señal.



Por todo esto, decidí lanzar una plataforma con recursos gratuitos en español (www.plenitud.net) para que más y más personas descubramos lo que ya está en nuestro interior y nos puede llevar a una vida en plenitud. No paro de asombrarme sobre lo mucho que he aprendido y lo mucho que desconozco sobre estos temas que jamás dejan de entusiasmarme.

Instagram: @hola.plenitud


Defino plenitud como un estado en donde nos encontramos conectados con nuestro ser interior, con nuestro propósito, con nuestro entorno y estamos llenos de vida. Es el estado de dicha, gozo y serenidad que sentimos al reconocer y estar alineados con nuestro ser interior. Es nuestro estado natural profundo.


No suelo utilizar las palabras felicidad o alegría al definir plenitud, porque creo que tienen connotaciones de jovialidad, altos niveles de energía, risa o hasta cierta “perfección” que no son prerrequisitos para estar en un estado de plenitud. La plenitud se puede sentir al mismo tiempo que se siente tristeza, por ejemplo, pues no depende de ninguna emoción o situación externa.



Vivir en plenitud no es algo inalcanzable. Todos tenemos el derecho (y me atrevería a decir que la obligación también) de vivir plenos y felices. Lograrlo no se trata de esperar a que las condiciones perfectas se presenten en nuestra vida, sino de cultivar habilidades diariamente que nos permitan vivir en plenitud, aún en condiciones (perfectamente) imperfectas.


 

Escrito por: Carolina Lasso

Editado por: Andrea Chaves

Publicado por: Juanita Morales





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